lunes, 7 de agosto de 2017

Resumen del libro "Lo único exacto", de Alain Finkielkraut (2015)

Resumen del libro "Lo único exacto",  de Alain Finkielkraut (2015)

Resumen del libro original y actualizado en:

El resumen fue realizado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Social y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, filosofía, Europa, Francia, política

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Título: "Lo único exacto"

Título original en francés: "La seule exactitude"

Autor: Alain Finkielkraut

Fecha de publicación en francés: 2015, Editions Stock

Fecha de publicación en español: 2017, Madrid, Alianza Editorial, Anaya

Número de páginas: 319

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Biografía del autor Alain Finkielkraut (hasta el 2017)

Alain Finkielkraut, filósofo y ensayista francés, es profesor de Historia de las Ideas en la Escuela Politécnica de París. En los años setenta también ejerció la docencia en la universidad norteamericana de Berkeley. Es uno de los intelectuales franceses más implicados en los problemas sociales actuales, en denunciar la "barbarie del mundo moderno". Lleva un programa radiofónico en France Culture e interviene muy a menudo en los medios de comunicación de su país. Autor de una obra muy amplia, muchos de sus libros, como En el nombre del otro: reflexiones sobre el antisemitismo que viene o La derrota del pensamiento, han sido traducidos en España. En Alianza Editorial están publicados Y si el amor durara, Un corazón inteligente y La dentidad desdichada. Desde abril del 2014, Alain Finkielkraut es miembro de la Academia Francesa.

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Texto de la contraportada

"Se dice que han vuelto los años treinta. La derecha fundamentalista y facciosa toma las calles, el orden moral sale de las catacumbas, la crisis económica crece buscando un chivo expiatorio y la islamofobia toma el relevo del antisemitismo. Esta analogía histórica pretende esclarecernos, pero nos ciega. El querer leer lo que sale a la luz de lo que ocurrió nos oculta la inquietante actualidad. Mostrar que vivimos un momento crítico e histórico, paradójicamente enmascarado por las referencias incesantes a la Historia; enfrentarnos a este momento crucial en lo que tiene de irreductible para el repertorio de nuestras vicisitudes: ese es el objetivo del libro. Lo que está en juego es tan existencial como intelectual. Si, como escribe François Mauriac, "la prueba nunca vuelve hacia nosotros la imagen que esperamos", nos incumbe ser precisos y mirar de frente a lo inesperado. En una época que tiende a tomarse por otra, la exactitud se convierte en el objetivo principal del pensamiento".

"Alain Finkielkraut, con el rigor que le caracteriza, toma una serie de hechos políticos, sociales, filosóficos, mediáticos..., de los últimos años y, apoyándose en otros pensadores como Hannah Arendt, Albert Camus o Milan Kundera, los analiza y reflexiona buscando entender lo que está pasando, comprender el desequilibrio permanente al que nos empuja el presente.

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ÍNDICE

La prueba del presente

2013

La libertad contra la finitud
Las nuevas misiones de la escuela
La palma del desastre
Viaje por Francia
El adiós de Benedicto XVI
Stéphane Hessel y su librito
Oídos sordos
Los 80 años de Philip Roth en Newark
Nuestra laicidad
¿Es así como viven los hombres?
La discordancia de los tiempos
La moral laica en la escuela
La libertad maltratada por sus propios beneficiarios
La abrogación del mundo real
La urgencia de combates en la retaguardia
¿Qué es la teoría del género?
¿Es reaccionaria Francia?
El desconcierto de la moral
La salida de la religión y de la laicidad
El nuevo frente
La prosa y la pausa
La rebelión de los ángeles
El presente que desconcierta y el pasado que obliga
Las mejores intenciones
El homenaje a Mandela
La casa vacía
Intermerzzo
¿Puede ser uno heideggeriano?

2014

¿Es demasiado tarde?
La regla del tercero
El metapoder
La confusión de las memorias
El réquiem por la indiferencia
"La gran mudanza del mundo"
Los lobos conectados
¡El fascismo no morirá!
La izquierda ya sabe que es mortal
Las salpicaduras de la guerra de Gaza en Francia
La incuriosidad periodística
El crimen perfecto
Si yo fuera François Hollande
El eterno regreso de los años treinta
El equívoco democrático
Las verdades y divagaciones de Éric Zemmour
El anacronismo de los modernos
Memoria judía, memoria polaca
El futuro cruce de los judíos que van con los que vienen
La metamorfosis de Lunel
El precio de la nada
El corazón y la razón
¿Reconocer Palestina?

Enero-junio 2015

El choque
Fractura francesa
Después de Charlie
El atolladero moral de Auschwitz
El espíritu de la penitencia
Lo trágico de la repetición
El nombre que enfada
"El oso y el amante de los jardines"
La buena muerte
Cuando el antirracismo pierde la cabeza
La revocación de la promesa
El "polémico Todd"
Después de la victoria, sigue la lucha

Para concluir

El dreyfusismo intempestivo de Charles Péguy
Grandeza y añagaza de la redención alemana
El final del final de la historia
La noche de Colonia

Epílogo

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RESUMEN

El libro está muy orientado a hechos concretos de actualidad de Francia y sus fantasmas como las dos guerras mundiales, la inmigración, el ascenso electoral de los partidos ultraderechistas, las relaciones con Alemania, pero que, en conjunto, también sirven para el resto de Europa para interpretar los acontecimientos actuales.

El primer capítulo abordan la aprobación en Francia del matrimonio homosexual, como una consecuencia más de la libertad del individuo y la igualdad. El autor señala que en el "matrimonio para todos" se invocó el derecho a la diferencia en nombre de la democracia y ahora nos zambullimos democráticamente en la indiferenciación.  Algunos pesimistas recuerdan que la boda da acceso al derecho a la adopción, a la procreación asistida para las parejas lesbianas, el levantamiento de la prohibición de gestar para otro (las madres de sustitución), lo que daba lugar a hijos con dos padres o dos mamás. El autor no lo ve nada natural y "algo en mí se revela contra esa evicción de la alteridad en la filiación". Una evicción surgida de "un monstruo de la voluntad": el derecho al hijo, el derecho a dar la vida, ahora una libertad individual y no de una obra común entre un hombre y una mujer.
"Al haberse convertido ea creencia secreta que es la tecnociencia en su programa explícito, empieza a manifestarse una oposición; es el rechazo de ver que la libertad se revuelve contra la finitud", dice el autor. En el segundo capítulo, se preocupa de que el Estado esté evangelizando a los jóvenes en un nuevo mundo para convertirlos en la vanguardia de la modernización de las costumbres: no los trata de integrar en una civilización antigua sino de hacer tabla rasa y convertirlos en civilizados.

Luego,  Alain Finkielkraut habla de la película sobre la esclavitud "Django", dirigida por Tarantino, en la que "se congratula maltratando la Historia para vengar a las víctimas". El héroe parece un rapero con los músculos de Rambo y presenta a las plantaciones no como una civilización en decadencia sino como un campo de concentración y las escenas de acción parecen sacadas de un videojuego. Considera que es un ejemplo de "infantilismo" del siglo XXI, burlón, esnob, tontos engreidos con una sonrisita en los labios, con un guiño para dejar ver que no nos engañan. "A modo de realidad solo queda una devastación socarrona", dice  Alain Finkielkraut.

El siguiente caso aborda la globalización y la inmigración y el miedo en Francia a los extranjeros.  Alain Finkielkraut se pregunta si el miedo al otro es un diagnóstico correcto. Periodistas que visitaron "hasbash" en barrios franceses no se siente en su casa, hay desconfianza, se encuentran en un país extraño en su propio país. Es una "reedición" del malestar francés, una recaída del caso Dreyfus y de los años 30: proteccionismo, nacionalismo, todo lo tenemos de nuevo aquí (dice Pierre Rosanvallon en "La sociedad de los iguales"). El autor rechaza esta comparación:" ¿donde estaba el equivalente a los yihadistas o al-Qaeda en los años 30? ¿Había caricaturistas o novelistas amenazados de muerte?". Cree que ahora se tiene miedo a la realidad y solo la comparan desaforadamente para huir de ella.

Otro de los capítulos examina la dimisión del papa Benedicto XVI por razones de salud, un hecho insólito desde 1415. Era un intelectual de casta pero mal actor y pésimo comunicador que ejerció su poder de abdicar. El Papa buscaba la respuesta a las respuestas fundamentales pero criticó el fundamentalismo del Islam que promueve su religión con la espada y, tras un clamor internacional, lo tildaron de "metepatas" pero el autor se pregunta si el metapatas dijo la verdad al no estar preocupado por moderar la susceptibilidad de unos y otros.

En el siguiente capítulo aborda la historia de Stéphane Hessel, el autor del manifiesto "Indignados". El autor de "Lo único exacto",  Alain Finkielkraut (2015), no está de acuerdo con Hessel; la resistencia no es la indignación, es el valor. Dice que Hessel (ya fallecido pero que fue un adolescente hasta su muerte con casi cien años) les ahorra a los jóvenes ese miedo y esas blasfemias: no hay que ser heroico, con la indignación ya basta e inventa el turismo de la indignación: un paseo ético y sin marearse mucho la cabeza. Nos invita a tomar partido por el crucificado, el sin techo, el sin papeles, el sin defensa. El autor también critica a Hessel por cebarse con Israel, como ejemplo del conflicto entre Occidente y el Islam. Recuerda que los palestinos también tienen defectos, que en muchos sitios también se pisotean los derechos humanos y que no se puede comparar la ocupación de los territorios palestinos con la ocupación nazi.

Posteriormente, el autor aborda el aniversario de dos tiroteos en Montauban y Toulouse pero cree que se conmemoraron "haciendo oídos sordos" en un clima tan caldeado que no hay espacio para una reflexión sobre el nuevo antisemitismo. Los políticos consideraron que el discurso político había alcanzado un grado de violencia y estigmación. El autor Finkielkraut vuelve a sacar en el libro a colación el conflicto de Israel. Cita a varios autores que creen que los judíos dejaron de ser la voz crítica de Occidente en el siglo XIX y XX para ser los defensores a ultranza de Occidente sacrificando su ética y conciencia por defender el estado de Israel, motivo por el que surge un nuevo antisemitismo, según la opinión de Finkielkraut. "Ya no es la policía del zar la que fabrica falsedades, es la universidad americana", dice.

Otro capítulo está dedicado a Philip Roth, escritor amigo de Milan Kundera y de Hannah Arendt, de la que dijo que tenía que llevarse bien porque iban a ser enterrados ambos en Bard College. El autor reflexiona luego sobre el comunismo y sus múltiples rostros bajo modos feministas que convierten cada año a Roth en el no-ganador del premio Nobel de Literatura.

En los siguientes capítulos vuelve a abordar el conflicto islamista en Francia, como el despido de una empleada de una guardería que se negó a quitarse el velo y que  Finkielkraut ve como una "derrota para el campo laico". Cree que los defensores del velo no alegan a la tradición sino a los derechos subjetivos, al "I know I what and I want it now". La mayoría de las sociedades democráticas apoyan esa reivindicación y Francia se queda sola. El autor matiza que Francia siempre apostó por la coexistencia de los dos sexos y de la visibilidad femenina y que eso debe poder seguir siendo el hecho de nuestra civilización (pp. 45).

También deja espacio para abordar la corrupción en Francia, con un exministro de Hacienda, Jèrôme Cahuzac, que tenía 600.000 euros en una cuenta en el extranjero. Finkielkraut califica estos hechos de "inapropiados e insoportables". Detrás ve un problema moral: empresarios ricos metidos a políticos que deben parecer virtuosos: "el problema no es la corrupción de los políticos, es la corrupción del sentimiento público que tiende a abandonar lo serio de los asuntos comunes por el sensacionalismo de los asuntos". Y recuerda otros hechos graves: la proliferación de carteristas en el museo del Louvre, un ministro ha enviado refuerzos a un barrio para que los vecinos vayan y vengan con seguridad y una orden que permite dar clases en inglés en Francia. Detrás de la persecución a la corrupción ve un afán de vigilancia y castigar de forma feroz e injusta.

Otros asuntos que aborda son el asesinato de un conductor de una autopista apaleado delante de sus hijos tras verse implicado en un accidente en la autopista cuando iban de vacaciones y que exigió hacer un parte. En el juicio, la familia de los acusados fue protegida. Dice que barbaries como esta no tienen precedentes.

También examina la introducción de una asignatura de moral en las clases de primaria de Francia. El autor coincide con Mara Goyet en que el colegio se ha convertido en brutal y ha fracasado la esperanza libertaria de los años 60 [mayo de 1968]. Dice que el mal no procede siempre de la dominación, un dogma de la crítica social. Dice que los alumnos se convierten en sociólogos de sus propias torpezas: justifican la violencia, la insolencia o la indolencia por racismo, exclusión, precariedad, paro, el ascensor social averiado.

Además examina el caso de un periodista que insultó en el tablón de anuncios del sindicato de la magistratura, lo que abre la cuestión de la libertad de pensamiento y libertad de información en un régimen democrático donde el poder no controla la información pero los portadores de malas noticias ideológicas siguen exponiéndose a duras represalias por sus propios compañeros. Ve que hay cierta precaución por velar por el poderoso y las grandes organizaciones más que defender el derecho positivo de los desfavorecidos: las esposas, los desahuciados, los morosos... Pobre del que diga simplemente la verdad y ose mirar en la mala dirección.

Estudia otro caso violento: 30 heridos en la celebración del PSG del título de campeón de Francia. El autor dice que el culpable de la muerte de la princesa encerrada por su padre no es el padre sino los bandidos que la asesinaron para robarle cuando huía con su enamorado. En ese caso, ocurre lo mismo. Los culpables no son el jefe de policía ni la alcaldesa, sino los vándalos violentos pero se hizo la vista gorda y se permitió a los alborotadores volver tranquilamente a sus barrios. Y señala que el antirracismo integral en el que vivimos no es un ataque contra los abusos específicos del racismo sino contra la realidad. Y añade: "Estamos condenados a batirnos constatemente en dos frentes: contra la abrogación antirracista del mundo real y contra el desencadenamiento racista de los bajos instintos".

Retoma la enseñanza en inglés en las universidades como modo de competir a nivel mundial ante el proceso de uniformización planetaria y anglicanización. El autor cree que es importante que profesores americanos enseñen su lengua inglesa (reservada para cuestiones técnicas) en Francia pero es más urgente velar por el francés empobrecido.

Otro tema que aborda es la introducción de la teoría de género en la ley de orientación escolar en Francia. Señala que los teóricos del género dicen que la diferencia de sexos y sus distintos roles tienen que ver con la cultura. Los postmodernos dicen que todo debe deconstruirse  (formatear) y remodelarse según nuestros deseos. Niñas que juegan al rugby y niños con muñecas. El autor ve una alianza del culturalismo (que describe la multiplicidad del ser) con el tecnicismo (que se hechiza con su plasticidad) permite reducir hasta abolir la parte no elegida de la existencia para que no haya alineación constitutiva. Al reino de las alternativas impuestas debe sucederlo el de las combinaciones libres. "La escuela ha recibido la misión de liquidar la herencia que tenía el encargo de transmitir", concluye Alain Finkielkraut.

También estudia el hecho de que Durao Barroso (UE) calificase de "reaccionarios" a los artistas franceses por querer excluir al sector audiovisual de las negociaciones del tratado trasatlántico y que ve como una campaña de "antimundialización" reaccionaria. Para el progresista Barroso, dice Alain Finkielkraut, la cultura debe disolverse en el mercado mundial sin fronteras pero detrás está la idea de que este mundo ya no se puede llamar "moderno" sino "capitalista", que es su verdadero nombre, y no cabe una dualidad.

Otro tema de interés es el ataque con gas en Guta en Siria y que Obama calificó de "línea roja que se ha cruzado". El autor ve necesaria una respuesta militar cada vez que se trasgreda la prohibición pero mientras los Estados actúan la ciudadanía permanece silenciosa. El autor cita a Pierre Manent, quien sospecha que tras el 11-S, las guerras de Afganistán e Irak, la islamización de las primaveras árabes, y los yihadistas influyendo en la rebelión siria, "nos hemos dado cuenta de que la humanidad está surcada por separaciones mucho más profundas, mucho más intratables de lo que pensamos". Hay levantado un muro entre el mundo árabe-musulmán y el nuestro y la ciudadanía es escéptica.

El tema de la laicidad en los centros escolares vuelve a la palestra. En 1989 fueron expulsadas dos alumnas por llevar velo y comienzan las protestas por la "estigmatización del Islam". En el 2004, una comisión abogó por atajar el problema de la "pérdida de territorio francés" con la prohibición de signos religiosos en la escuela porque el velo es el árbol que oculta el bosque ya que hay un movimiento de alcance muy distinto en los barrios periféricos y cada vez más gente cuestiona las leyes de la República (incluidas las ciencias o las letras o la educación física). El comunitarismo islamista ha abierto una brecha. El autor recuerda que la laicidad es la solución que la Europa moderna ha encontrado para salir de las guerras civiles religiosas pero es una solución que la Europa materialista no sabe respetar y que está más preocupada por un conflicto entre poseedores y desposeídos.

El fascismo del Frente Nacional es otra de las preocupaciones del autor. Dice que nuestra época invoca incesantemente el cambio y niega al mismo tiempo el que está desarrollándose ante sus ojos. Ahora se les llama populistas cuando siguen siendo lo mismo de siempre en busca de presas.

Los levantamientos de campamentos ilegales de "roms" y la obligación de la izquierda de salir en defensa de la justicia es otro tema que aborda el autor, lo mismo que la expulsión de una alumna kosovar junto a su familia. Los reproches tras el tiroteo a los caricaturistas del Charlie y el ataque a la sala Bataclan o la noche de Colonia también le impulsan una reflexión, lo mismo que el cuerpo del niño refugiado sirio Aylan Kurdi en una playa.

Finalmente, el autor concluye citando a Jean-Denis Bredin que, desde el caso Dreyfus en 1899, hay dos mentalidades antagonistas en Francia: "los que hacen del individuo humano la medida de todas las cosas, de la Patria, Familia, Propiedad, Humanidad, Dios y los que plantean y sirven a valores superiores al individuo: Dios, Patria, Estado, Ejército, Partido; los que luchan por la justicia, ideal indefinible de libertad, verdad, generosidad y los que luchan por los prejuicios: orden establecido, organizaciones consagradas, cosas juzgadas..." (página 277). El autor añade que el nazismo arrastró en su apocalipsis el honor de la raza, es decir, la obligación con los muertos. Las naciones democráticas, para estar seguras de volver al mismo camino recto del humanismo de las Luces, le han cedido, sin desenvainar siquiera, su nobleza obliga. No han comprendido que ese abandono es su verdadera victoria, su maleficio próspero.

El autor finaliza diciendo que el final del final de la historia no ha llegado pues hay una lucha contra la islamización de Francia y la dirección del islamismo y la recuperación de los territorios perdidos por la República sin caer en la trampa de una guerra civil. Añade que Occidente no está pagando por sus crímenes coloniales sino que detrás hay un afán universalista del islamismo porque busca la expansión total de su fe (la yihad).


miércoles, 19 de julio de 2017

Resumen del libro "El gran retroceso", de Bauman, Zizek, Della Porta y otros (2017)

Resumen del libro "El gran retroceso", de Bauman, Zizek, Della Porta y otros (2017)


Resumen original y actualizado en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2017/07/el-gran-retroceso-de-bauman-zizek-della.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Social, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, neoliberalismo, economía política, democracia,

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Título: "El gran retroceso"

Subtítulo: Un debate internacional sobre el reto urgente de reconducir el rumbo de la democracia

Título original en alemán: "Die grosse Regresion. Eine internationale Debatte über die geistige Situation der Zeit.

Autores:  Santiago Alba Rico, Arjun Appadurai, Zigmunt Bauman,  Donatella della Porta, Nancy Fraser, Marina Garcés, Eva Illouz, Ivan Krastev, Bruno Latour, Paul Mason, Pankai Mishra, Robert Misik, Oliver Nachtwey, César Renduelles, Wolfrang Streeck, David Van Reybrouck, Slavoi Zizek.


Fecha de publicación en alemán: Berlín, 2017

Fecha de publicación en español: Barcelona, 2017 / Seix Barral, Editorial Planeta

Número de páginas: sobre 360

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Texto de la contraportada

"Nos encontramos en un escenario impensable hace unos años. Trump es el rostro enfurecido de una nueva demagogia que dice estar contra la élite mientras llama a la construcción de muros. La sorpresa del Brexit  ha dado paso a un clima de desilusión y de fatiga democrática. Los partidos nacionalistas y las tendencias autoritarias se extienden por Europa. Y asistimos a una normalización del odio a los inmigrantes, a la brutalización del discurso público y a la desconfianza en los medios de comunicación. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Es posible cambiarla?"

"Este libro analiza el actual momento político y social, lo sitúa en un contexto histórico, reflexiona sobre los escenarios futuros y discute estrategias para contrarrrestar esta regresión global. Intelectuales e investigadores de prestigio internacional inician aqui un debate tan urgente como necesario"

Texto de las solapas

 Santiago Alba Rico sostiene que "hay muchas razones para pensar que 2017 está más cerca de 1917 o de 1930 que de 2018". Por su parte, Arjun Appadurai mantiene que "los 62 millones de estadounidenses que eligieron a Trump votaron por él y contra la democracia". En cuanto a  Zigmunt Bauman (recientemente fallecido), "se ha creado un clima de desconfianza, recelo y competencia a degüello. Y en él, las semillas del espíritu colectivo y de la ayuda mutua se asfixian, se marchitan y
decaen".

La autora Donatella della Porta añade que "el populismo no empodera al pueblo sino más bien al líder individual". Por su parte, Nancy Fraser mantiene que "se abre ante nosotros una situación inestable en la que hay mentes y corazones que pueden ser conquistados". En cuanto a Marina Garcés, esta indica que "no sabemos cómo responder a la muerte real, la de los viejos y los enfermos, a las mujeres violadas y asesinadas, a los refugiados y a los inmigrantes que cruzan fronteras dejándose en ellas la piel". Otra de las coautoras, Eva Illouz, mantiene que "a largo plazo, el liberalismo podría estar condenado a la extinción".

 Por su parte,  Ivan Krastev indica que "lo que hoy experimentamos es un completo cambio de rumbo; la destrucción del mundo que nació en 1989". Mientras, Bruno Latour, considera que "en vías de desmembramiento, Europa no puede contar con Estados Unidos, en manos ahora de un nuevo rey Ubú". En cuanto a Paul Mason, este señala que "si hay un agente colectivo que pueda pilotar la transición hacia algo más allá del capitalismo, lo compondrán los jóvenes, conectados y relativamente emancipados. No son una clase, pero el desplome del neoliberalismo los ha dejado sin futuro".

Respecto a Pankai Mishra, este sostiene que "la elevación de un rencoroso trol de Twitter a hombre más poderoso del planeta es el último recordatorio de que las proclamas de las élites sobre la democracia y el liberalismo nunca coincidieron con la realidad del país". Por su parte, Robert Misik afirma que "la competitividad ha llevado a las sociedades pluralistas al borde del colapso". En cuanto a Oliver Nachtwey, dice que "el individuo se mide según su rendimiento en el mercado. Los ganadores obtienen un dividendo de autonomía, los perdedores, estigmación".

Finalmente, otro grupo de autores señala la siguiente. César Renduelles mantiene que "la única salida a la implosión de la UE pasa por deshacer el malentendido histórico que daba prioridad al mercado en la construcción de un proyecto político continental". Wolfrang Streeck afirma que "con el paso a la postdemocracia, llegó al mundo una nueva clase de mentira: la mentira de los expertos".  David Van Reybrouck indica que "las elecciones son el combustible fósil de la política: si en su día impulsaron la democracia, ahora generan nuevos peligros". Por último, Slavoi Zizek sugiere que "tanto la izquierda progresista como la derecha populista están atrapadas en la política del miedo. La primera tarea que debemos realizar es desplazarnos del miedo al "angst".

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ÍNDICE

Prólogo

- Retrocesos, repeticiones, restas (Santiago Alba Rico)

- Fatiga democrática (Arjun Appadurai)

- Síntomas en busca de objeto y nombre (Zigmunt Bauman)

- Políticas progresistas y regresivas en el neoliberalismo tardío ( Donatella della Porta)

- Saltar de la sartén para caer en las brasas. Neoliberalismo progresista frente a populismo reaccionario (Nancy Fraser)

- Condición póstuma (Marina Garcés)

- De la paradoja de la liberación a la extinción de la ética liberal (Eva Illouz)

-Un futuro para las mayorías (Ivan Krastev)

- La Europa refugio (Bruno Latour)

- Superar el miedo a la libertad (Paul Mason)

- La política en la era del resentimiento. El oscuro legado de la Ilustración (Pankai Mishra)

- El valor de la audacia (Robert Misik)

- Descivilización. Tendencias regresivas en las sociedades occidentales (Oliver Nachtwey)

- De la regresión global a los contramovimientos  postcapitalistas (César Renduelles)

- El regreso de los reprimidos como principio del fin del capitalismo neoliberal (Wolfrang Streeck)

- Estimado presidente Juncker (David Van Reybrouck)

- La tentacion populista (Slavoi Zizek)

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RESUMEN

Un grupo de autores europeos cree que, con las sacudidas de inmigración y terrorismo en Europa o la guerra de Siria. se han establecido unas nuevas políticas de recorte de derechos que nos lleva a estar en un momento de regresión democrática (unos derechos que tanto costaron conseguir). Lo atribuyen a los modelos alternativos que han surgido como consecuencia de la crisis del neoliberalismo, un modelo basado en el crecimiento económico y la globalización y que dan por agotado tras la crisis económica del 2008. En su lugar, surgen alternativas políticas diversas, unas regresivas y escoradas hacia la derecha (como el populismo antiglobalización de Trump) y otras hacia la izquierda (como un replanteamiento de la socialdemocracia) en las que los partidos progresistas deben recuperar la credibilidad como representantes de los sectores que han resultado más perjudicados económicamente.

La autora Donatella Della Porta lo sintetiza así en la página 85: "La impresión de que estamos ante un gran retroceso se nutre de los sucesos que culminaron con la votación del brexit y la victoria de Trump en las elecciones presidenciales, pero también se ha visto reforzada por las tendencias registradas en Francia, donde el Frente Nacional tiene una larga historia, en Alemania, con el rápido crecimiento de Alternativa por Alemania y también en Austria, los países escandinavos, Polonia y Hungría. El Tea Party de EE.UU,, Pegida en Alemania, la Liga de Defensa Inglesa en el Reino Unido, el Bloque Identitario en Francia y Casa Pound en Italia son ejemplos de política de extrema derecha en forma de movimientos sociales. Aunque todavía disponemos de escasa evidencia empírica para desarrollar un análisis detallado de este giro regresivo, podemos definir los temas más relevantes".

Por su parte, Zymung Bauman (fallecido en 2017) hace especial hincapié en la emigración sugiere en la página 60 que el origen primario del fenómeno hay que buscarlo en el miedo a lo desconocido, a los extranjeros o gente de fuera. Señala que en el mundo en que vivimos la inmigración seguirá su lógica hagamos lo que hagamos. "El proceso va a desarrollarse durante mucho tiempo, de la mano de la globalización, Hay una contradicción entre el cosmopolitismo y la ausencia virtual de una conciencia, una mentalidad o una actitud cosmopolita. Este problema está en la base de nuestros dilemas actuales más persistentes y nuestras preocupaciones más inquietantes" (página 61). Dice que ese mecanismo de "nosotros" y "ellos" acompañó al hombre desde sus mismos orígenes pero ahora la "situación cosmopolita" viene impuesta en la agenda política y la gente no encaja, lo que ha generado miedos populares aprovechados por los demagogos. "Desde lo más alto a lo más bajo de la sociedad se crea un cloma de desconfianza mutua y recelo y las semillas del espíritu colectivo y de la ayuda mutua se asfixian" (página 65).

Bauman termina su análisis con que "como resultado de la globalización y de la división consiguiente del poder y de la política", en la actualidad los estados se están convirtiendo en poco más que vecindarios un poco más grandes, encajados dentro de unas fronteras vagamente delineadas, porosas e ineficazmente fortificadas. Y los antiguos vecindarios se esfuerzan ahora por asumir los roles de pequeños Estados sacándole el máximo partido de lo que queda de política cuasilocal". Ve un territorio poblado de tribus que evitan el conflicto entre los bandos pero tratan como inferiores a los otros miembros de la tribu.


El escritor Paul Mason explica los cambios que han surgido tras el derrumbe de la URSS en 1989-1991 y que, tras la victoria de Trump, estos mismos síntomas del desplome empiezan a ser visibles en Occidente afectando a la globalización, los valores sociales progresistas, los derechos humanos y el Estado de derecho. De ser así, la forma por defecto del capitalismo sería  un nacionalismo xenófobo y oligárquico y todos los proyectos de justicia social sufrirían un reajuste nacional (como en los años 30). La propuesta de Mason es que la izquierda se deshaga del neoliberalismo para preservar la globalización, reducir la desigualdad y redistribuir los rendimientos del comercio y del progreso tecnológico entre los trabajadores y la gente joven.

Estas son las cinco reformas que propone Mason (pp.206):

1) Adoptar políticas industriales que traigan al Norte el trabajo productivo (dan igual los efectos en el PIB del sur)

2) Forzar a las empresas a asumir sus responsabilidades con comunidades reales, concretas y específicas y no con la sociedad civil en abstracto.

3) Renacionalizar los servicios públicos estratégicos para darlos de forma gratuita o a precios baratos, paliando así los efectos del trabajo precario.

4) Erradicar los entramados en paraísos fiscales y banca en la sombra para financiar más inversión pública.

5) Desfinanciarizar la economía: aumentar los salarios, reducir la dependencia del crédito y equilibrar la deuda pública y privada con quitas, tener la inflación controlada y hacer controles de capital.

Señala que estas reformas no acaban con la globalización pero la revertirían en parte (hasta que se corrigiesen sus desequilibrios sociales) y ayudarían a estabilizar y preservar la economía global interconectada.

Respecto a la inmigración, Mason ve que es inevitable y que se podría regular y monotorizar, introducir reformas en el mercado laboral para evitar la explotación del inmigrante y dar la vuelta a la austeridad.


El periodista y escritor austríaco Robert Misik (premio nacional austríaco del periodismo cultural en el 2009) se centra en el ejemplo de la UE, que tiene una arquitectura política-económica "implicitamente" neoliberal, en el sentido de que hace muy complicado implantar conceptos de propios de la izquierda en la política práctica.

Misk (pp.243) señala que para que se produzca un cambio de rumbo hacen falta tres cosas:
1) partidos de izquierda nacionales vivos que gocen de la suficiente credibilidad como para ganar las elecciones en sus respectivos países.

2) Consolidar la soberanía del discurso progresista en Europa para crear las condiciones necesarias para una reestructuración.

3) Alianzas entre gobiernos renovados en el ámbito europeo.

Una de las críticas que Misik hace a las socialdemocracias europeas es que estos partidos hace décadas que se amoldaron al paradigma neoliberal mientras surgen otros partidos como Syriza que los reemplazan, como Podemos, que se enfrentan a ellos, o como los lusos, que se coaliccionan.

Para que los partidos progresistas recuperen la credibilidad, Misik propone varios puntos:

1) Ver la realidad esbozada por Misik

2) Durante 30 años el ciudadano de a pie ha pagado el precio de la globalización neoliberal y considera a la izquierda como parte del "establishment". Hace falta un programa distinto.

3) Hacer desaparecer la arrogancia hacia los votantes.

4) El votante de clase obrera está enfadado porque los partidos de izquierda le prestan demasiada atención a las demandas d baños públicos transgénero y no le hacen caso a las demandas obreras sobre su situación económica y social.

5) Buenos empleos, subida salarial, vivienda asequible, educación y oportunidades para los hijos son cuestiones clave y hay que mostrar al votante de forma creíble que sí importan estas cuestiones y tiene un plan.

6) La desaparición de las redes de movimiento obrero creó "agujeros" en la estructura de la vida de los barrios no privilegiados que ahora se sienten abandonados. La propuesta es construir estructuras modernas en los barrios como los "community organizing".

7) No tildar a la clase obrera de misógina, antifeminista, xenófoba porque cualquier padre de familia quiere que su hija disfrute de todas las oportunidades de crecimiento existentes y tengan un buen trabajo bien pagado.

8) Animar a los activistas a ocupar cargos en los partidos, muy sobrerrepresentados ahora por intelectuales de clase media mientras que en los barrios obreros predominan los "apparatchik" rancios de los años 70 y que solo llegan alto en los partidos muertos. Hay que dejar sitio a jóvenes de valía.

Dentro de la propia alianza progresista (inteligencia burguesa y clase obrera) hay quienes luchan por conquistar nuevos derechos civiles y quieren modernizar nuestras sociedades y quienes abogan por la bonanza económica. Misik recuerda que la izquierda se creó para lograr lo imposible: mejorar el mundo y la vida de las personas a pesar de todas las adversidades y la aparente falta de perspectivas.



Otros autores han estudiado el ascenso de una alternativa de derechas retrógradas. Oliver Nachtwey muestra su preocupación por el presidente Trump que parece lo contrario de una sociedad occidental como sociedad de autocontrol en las que las fuerzas de progreso social se encuentran como en casa y fomentan la educación, la igualdad de derechos y la integración social. Pero este ideal se ha trastocado debido a que en el debate político ha surgido una rabia incontrolable, un odio impúdico, sentimientos peligrosos, fantasías violentas... En parte, es lo que le llaman el electorado resentido o la política del resentido, que surge en lugares donde la desigualdad se ha incrementado.


Po su parte, Donatella della Porta ve un gran paralelismo entre lo ocurrido a finales del siglo XX y los acontecimientos descritos en La Gran Transformación, de Karl Polanyi (1943). En las páginas 75, 76 y 77 de "El Gran Retroceso" (2017), Donatella della Porta señala que "el neoliberalismo y su crisis se pueden entender dentro de un marco que el economista político Karl Polanyi ha descrito como un doble movimiento en el desarrollo del capitalismo. Tras la expansión de los mercados apareció un contramovimiento que busca la protección de la sociedad. Polanyi advirtió contra la transformación de la mano de obra, la tierra y el dinero en mercancías (mercantilización), tendencia que sin un contrato adecuado podría destruir la sociedad"

Della Porta añade que "en su análisis, Polanyi se centró en algunas de las formas más específicas que pueden asumir los contramovimientos (movimientos de gente que se siente traicionada por cambios como los producidos por el neoliberalismo). Esos contramovimientos - afirmó Polanyi - son en realidad movimientos reactivos, es decir, tienen una actitud defensiva y orientada al pasado. De hecho, a menudo se establecen como resistencia contra una ideología que predica el predominio del mercado sobre cualquier otro aspecto de la sociedad. Por poner solamente  dos ejemplos:  en muchos casos estallaron rebeliones campesinas cuando los trabajadores del campo sintieron que el contrato social implícito que les ofrecía por lo menos una protección mínima contra los caprichos del mercado había sido quebrantado; del mismo modo, los llamados motines del pan (food riots) se han interpretado a menudo como reacciones ante la destrucción de una economía moral cuando se cercan las tierras comunales y se desregula el mercado de productos básicos, como el pan. La historia nos enseña que los contramovimientos que buscan el restablecimiento de derechos tradicionalmente garantizados pueden proponer narrativas progresistas y ofrecer visiones incluyentes y participativas, pero también pueden inspirarse en modelos regresivos y en ideas excluyentes y plebiscitarias".

Además, Della Porta incide en que "la implementación política de los dogmas económicos neoliberales ha revelado algunos paralelismos con la "gran transformación" descrita por Polanyi. Cuando el éxito de la resistencia contra el fundamentalismo rampante del mercado había hecho posible una expansión de la protección social dentro de algunas naciones-Estado (socialdemocracias y "socialismo real").

Añade Della Porta (página 80) que la juventud con un alto grado de formación no es el único grupo social perjudicado por el asalto liberal a los derechos civiles y sociales. Toma por caso los pensionistas y los funcionarios públicos, porque sus condiciones de vida se han vuelto más precarias, lo mismo que los obreros de fábricas grandes y pequeñas cerradas o con peligro de cerrar. Todos ellos han participado en las protestas; sacaron a la calle "a una especie de sociedad de los dos tercios (invertida), de los más afectados por las políticas de austeridad".

Della Porta recuerda que Bauman (2002, "Modernidad líquida") demostró "con solvencia" (página 81) que "el neoliberalismo produce una sociedad líquida que destruye la vieja base de la identidad personal, colectiva y política, mediante la movilidad obligada y la correspondiente inseguridad". Dice que el movimiento obrero desarrolló una identidad distintiva, sostenida por una compleja ideología, y los nuevos movimientos sociales centraron su interés en problemas específicos, como los derechos de género o la defensa del medio ambiente". Añade que los participantes en las protestas antiausteridad parecieron desafiar la individualización, así como su miedo y su carácter excluyente, proponiendo en cambio una ciudadanía incluyente (la gente del 99 %). Se estableció como un "robusto marco moral" frente a la amoralidad del neoliberalismo y la mercantilización de los servicios públicos. El neoliberalismo llegó a hacer responsables a los individuos de su supervivencia y proclamó que la motivación egoísta era benéfica pero fue estigmatizado en nombre de los derechos preexistentes, que reclamó el retorno al bien común frente a políticas neoliberales "injustas e ineficaces".

A lo largo de la crisis, continúa Della Porta, se culpó a las grandes corporaciones que no dan cuenta a nadie de sus decisiones, ni siquiera a sus gobiernos, en lo que la gente ve como el "secuestro de la democracia" (pp. 82). Las protestas antiausteridad de 2011 a 2014 se centraron en la soberanía nacional, en evitar el expolio de los derechos de los ciudadanos por parte de unas élites globales que no rendían cuentas ante ningún electorado pero los activistas defendían los derechos políticos y sociales en tanto que derechos humanos. La denuncia de la corrupción del 1 % quedó enmarcada en una lucha contra la concentración de poder en manos de una oligarquía pero pronto evolucionó hacia la reclamación de una democracia directa, más que un retorno a los pactos sociales del capitalismo fordista. La autora ve una extensa politización del sur de Europa a través de movimientos como Podemos, Bloco de Esquerda, Movimento 5 Stelle o Syriza, así como Occupy (Corbyn y Sanders).


















miércoles, 12 de abril de 2017

"El gran cambio disruptivo del siglo XXI" (Selección de reportajes) / por E.V.Pita (2017)

"El gran cambio disruptivo del siglo XXI" 

(Selección de reportajes)


 https://eleconomistavago.files.wordpress.com/2017/04/impactosocial1.pdf
"El gran cambio disruptivo del siglo XXI"
Por E.V.Pita (2017)
Selección de reportajes


INTRODUCCIÓN

El nuevo cambio disruptivo del siglo XXI

En el siglo hubo tres grandes cambios sociales que transformaron por completo el mundo hasta hacerlo irreconocible: el triunfo del automóvil y la economía del petróleo, el éxodo del rural a la ciudad y la incorporación masiva de la mujer al trabajo. Estos tres cambios fueron suficientes para convertir una sociedad agraria y patriarcal en otra urbana e igualitaria. La transición duró medio siglo y aún no está completa.

Entrado el siglo XXI nos enfrentamos a otro cambio social que surge con el triunfo de Internet, la globalización y el progresivo reemplazo del petróleo por la electricidad. El principal afectado es el empleo, ya que los nuevos modelos de producción eliminan muchos puestos de trabajo que son automatizados, ya sea por los avances en las redes sociales como por la robotización. A ello se suman otros procesos, como el autopago y la conversión del cliente en “prosumidor” (productor-consumidor) en el que asume funciones como gestionar sus pagos y la cuenta bancaria, montar sus propios muebles, retocar sus fotos y otras funciones que antes las realizaba un profesionales. Esto desemboca en la llamada revolución “maker” en la que el propio ciudadano imprime los objetos que necesita en 3D en su casa sin necesidad de importarlos; el hogar se convierte en una fábrica-laboratorio y las oficinas en estudios de trabajos de proyectos y talleres de impresión de prototipos. Un mundo donde funciona Internet de las Cosas y las máquinas se comunican entre sí.

A todos estos avances se suman novedades como el coche autónomo, el “share-car” y surgen grandes plataformas como Arbrn o Uber para alquilar casas o coches en función de la demanda.

En esencia, la llamada Industria 4.0. parece ser una versión muy avanzada del capitalismo liberal. La revolución que está detrás es la reducción de costes y la autoproducción. El cambio social podría venir de la implantación de una renta básica universal como modo de paliar los efectos previstos en el mayor desempleo. Y la distopía viene de ver cómo el hogar se convierte en una fábrica en la que los asalariados trabajan en función de los proyectos que les encargan sus empresas en una sociedad menos globalizada pero más hiperconectada y, quizás, gobernada en un futuro por inteligencia artitificial.

La siguiente selección de reportajes muestra cómo se han ido concretando este cambio social.

E.V. Pita (2017)




ÍNDICE



Introducción

1. “Los mostradores desiertos” (2013)


2. "La Singularidad, el sueño de Silicon Valley" (2015)

3. “40 expertos en derecho tecnológico debaten sobre los contratos inteligentes” (2016)

4. “La fábrica inteligente ya está aquí” (2016)

5. "Expertos vigueses en ciberseguridad alertan a hogares e industrias de su vulnerabilidad" (2017)

6. “El movimiento «maker» irrumpe con fuerza en el centro de la ciudad” (2017)

7. “Bufetes de Vigo se especializarán en la defensa legal de robots” (2017)

8. “Vigo impulsa la mayor plataforma gallega de abogados digitales” (2017)

9. "Empresas de Vigo ensayan la revolución del «blockchain»: contratos sin intermediarios" (2017)

10. «Es urgente legislar sobre los coches autónomos porque son una realidad» (2017)

11. "Tres parados invierten 60.000 euros para abrir el primer FabLab de Vigo" (2017)

12. “Imprimen en 3D por mil euros el primer androide casero que habla gallego en Vigo” (2017)

13. "Vigo entra en una red mundial que conecta a 15.000 emprendedores" (2017)


E.V.Pita (2017)